Damasco (PL) La guerra en Siria parece extenderse más allá de lo humanamente posible por la persistencia de las potencias occidentales, entre ellas Estados Unidos y países del Medio Oriente, que procuran el desmembramiento de esta nación árabe.
Como la práctica social y los hechos demuestran en el terreno, esos Estados también se proponen la imposición de un nuevo gobierno afín a sus intereses geopolíticos.
Sin embargo, el presidente Bashar Al-Assad cuenta con el respaldo mayoritario de la población, como demuestran las últimas elecciones presidenciales en Siria celebradas en 2014, con alrededor de 91% de los votos, a su favor.
Cuando en marzo próximo se cumplen siete años del inicio de la cruenta guerra en territorio sirio impuesta por países occidentales, tras manifestaciones de grupos opositores, el panorama se torna extremadamente complejo. Y es que no sólo las fuerzas militares estadounidenses, que cuentan con más de una decena de bases militares en territorio de este Estado árabe, son el mayor obstáculo para el logro de la paz, sino también el Ejército turco, que desde el 20 de enero pasado desarrolla una ilegal ofensiva en el norte sirio.
Hasta el momento, más de 200 civiles perecieron y otros cientos resultaron heridos por ataques de la aviación y la artillería turcas contra los norteños territorios de este Estado mesoriental. A la ilegal invasión de las tropas turcas contra el enclave sirio de Afrín, condenado por las autoridades de este país, se suman las persistentes acciones armadas de los grupos terroristas.
Esa bandas extremistas, entre ellas el radical grupo Estado Islámico y el Frente para la Liberación del Levante (otrora Al-Nusra), son apoyados por Washington, las monarquías del Golfo e Israel, de acuerdo con diversas fuentes.
Acerca de la presencia del Ejército turco en la zona de Afrín y otras áreas norteñas, analistas se preguntan: ¿por qué Ankara rechaza la incursión de las Fuerzas populares sirias en esos territorios que pertenecen a esta nación?
En opinión de expertos, nada más justo que las fuerzas militares de Damasco defiendan el soberano territorio de Afrín y zonas norteñas aledañas como Manbij, partes inalienables de este país árabe, cuna de civilizaciones. El ejército turco, uno de los más poderosos dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pese a mostrar públicamente su desacuerdo con Washington, de forma subrepticia coordina sus acciones militares con ese país norteño en Afrín, a juicio de analistas.
Washington, que traicionó una vez más a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) al no respaldarlas contra la incursión turca, opta por proteger a los remanentes del grupo Estado Islámico en esta nación mesoriental. Según recientes informaciones de grupos civiles en la norteña provincia siria de Hasakeh, fuerzas militares estadounidenses facilitaron en la nororiental provincia de Deir Ezzor el traslado hacia otras zonas seguras de un gran número de terroristas del Estado Islámico.
Esos elementos extremistas, de acuerdo con los reportes, combatirán a los efectivos de las tropas gubernamentales en Deir Ezzor y otros territorios de este país árabe.El Ejército sirio, muchos de cuyos integrantes se mantienen movilizados por el servicio militar desde marzo de 2011, también mantiene abierto otros frentes de combate en la norteña provincia de Idlib y en la región de Ghouta Oriental, al este de Damasco, capital del país.
En Idlib, las fuerzas leales a Damasco combaten al grupo terrorista Frente para la Liberación del Levante (otrora AL-Nusra) y otras facciones extremistas como el llamado Ejército del Islam.
Además de conquistar en Idlib a cientos de poblados, el Ejército sirio recientemente retomó la base militar de Abu al-Duhur, que estuvo ocupada por agrupaciones terroristas desde 2015.
A esos avances de las tropas gubernamentales se une la fuerte
ofensiva que desarrolla desde hace varios días el Ejército, con respaldo de las fuerzas especiales Tigre, en la región de Ghouta Oriental. Luego de la movilización en esa importante área de cientos de efectivos militares, con apoyo de la aviación y la artillería, las tropas gubernamentales se proponen el control de la importante demarcación.
El total dominio por las unidades castrenses sirias de la región de Ghouta oriental resulta importante, ya que con ello se evitaría el lanzamiento de andanadas de cohetes y morteros -como sucede con frecuencia- contra la ciudad de Damasco y sus alrededores.
De acuerdo con denuncias del Ejecutivo de este Estado árabe, en las últimas siete semanas sobre Damasco y zonas aledañas fueron lanzados más de mil 700 morteros y cohetes.
Estas violentas acciones de agrupaciones radicales provocaron desde 2012 el deceso de 14 mil civiles y heridas a otras miles de personas.
Ghouta Oriental, donde viven unos 150 mil civiles, pasa actualmente por momentos dramáticos en medio de la fuerte ofensiva antiterrorista del Ejército sirio, incluidas las especiales fuerzas Tigre.
Antes de 2011, en Ghouta residía casi un millón de habitantes, con Duma como la ciudad más grande y poblada en la provincia de Damasco Campo